ARNULF RAINER. ROT, BLAU, GELB

Más conocido por superponer sucesivas capas de pintura oscura sobre fotografías, cubriendo imágenes preexistentes, Arnulf Rainer también ha desarrollado esta técnica con una inmensa variedad de colores brillantes como rojo, azul, verde o amarillo, que forman parte de su modo de expresión.

Con obras desde 1992 a 2015, Rot, Blau, Gelb recorre este uso del color y también el modo del artista de aplicarlo. Si el uso gestual, violento y energético de la fuerza física, a través del uso de las manos, protagoniza las décadas de los 70 y los 80, a partir de los 90 Arnulf Rainer incorpora también un uso más transparente de la pintura, mediante la utilización no sólo de las manos sino de pinceles anchos para aplicar la pintura en forma de velos, que convive con la utilización de las manos o los punzones.

Evento: Israel Galván ‘Cruzado’, durante la exposición ‘Rot, Blau, Gelb’ de Arnulf Rainer

JORDI TEIXIDOR. LA EDAD DE LAS COSAS

Después de Final de Partida, la última gran exposición de Jordi Teixidor en el IVAM, quedaron sobre el tablero las fichas que nos daban la evidencia de un final obligado lo que, como en otras tantas veces, nos llevaba a pensar que el proceso creativo no es automático y que desemboca en situaciones diferentes a las pretendidas en un inicio. La partida jugada tal vez haya sido, junto con su serie de pinturas negras, la más radical en su larga carrera. El éxito no estaba en llegar al final sino en reconocer el fracaso, la derrota, en cuyo limite cabe esperar la continuidad.

Una vez más, no hay en sus pinturas evidencia de la representación, sino que está contenida en la manera específica de su forma. Tampoco aparece en esta ocasión el tema, ese que, según W.H. Auden, no es otra cosa que la percha de la cual colgará el poema.

Frente al rigor y severidad de la obra de los últimos años aparece en las pinturas que ahora nos muestra Teixidor una novedad, cierta ironía que por un lado nos aleja del objeto y, por otro, nos acerca a una negatividad del mismo, lo que permite una total libertad aprehensión y de apreciación.

Tres pinturas principales centran la obra de Teixidor en esta exposición. Sus títulos: La edad de los nombres, La edad de las palabras y La edad de las cosas son una referencia a la obra À la recherche du temps perdu que Proust, según el gran crítico estadounidense Edmund Wilson (E. Wilson, Obra selecta, Lumen, Barna 2022), pensó un tiempo dividir en tres partes con esos mismos títulos.

Se destaca también en la exposición la obra compuesta por un conjunto de cuatro estrechas pinturas, de diferentes colores y formas geométricas cada una. Podría considerarse como una total pieza musical, con cierta ironía cuatro bagatelas quizás. Sin embargo, a la pintura con fondo bermellón sobre la que aparece una estructura geométrica de colores cálidos centrada en la parte superior, podríamos buscarle una mayor determinación que no estaría lejos de cierta analogía con la pintura de Rothko.

Otras dos obras, de rígida geometría, una en negro y otra en que se esfuma el negro, nos remiten al concepto de negatividad. La negatividad es inherente al arte. Lo inexpresable y también el silencio forman parte de su lenguaje. Porque no es el fin último negar sino reafirmar el lado indecible de las cosas.

MORIS. LA CÁRCEL A CIELO ABIERTO

Los desplazamientos humanos han definido hasta el día de hoy la apariencia del mundo. Pareciera que el gran mecanismo no fuese aquel del flujo en sí, sino el del cómo ese flujo ha de maquillarse, bajo cualquier medio posible, para que los desplazamientos no alteren el supuesto orden, el cual precisamente no es otro sino aquel meticulosamente organizado para que de tal inercia surja energía. Una nueva forma legal de esclavitud, un camino que se transcurre en trance hacia una muerte silenciosa.

Dentro de esta colosal trama estructural, la urdimbre del arte se re-significa, dentro el pequeño esquema que Moris viene tejiendo desde hace una década como respuesta a esta vorágine de casas y efectos, ya no solo como ciudadano del subdesarrollo sino como partícipe del aspiracionismo que, dentro de tal infraestructura, se somete y se amolda alterando su proceso y producción. Es la obra el resultado de un sistema íntimo de supervivencia, y esta exhibición el montaje de un escenario que se yergue día con día con la esperanza de que sea el primero, o el último, dependiendo de la circunstancia. En el trabajo de Moris no hay puntos medios, no hay piedad ni redención. Sus personajes, los que intercambian camisetas, los que atraviesan país por país y lo siguen atravesando hasta llegar al oasis norteamericano, los que ayer fueron algo y hoy son portada de nota roja, no pueden ser solo imagen, son huella, son bandera.

En el espacio de la galería se dibujan aquellos desplazamientos y se va de sur a norte, como dicta la historia de la cartografía en que se determinó que el norte fuera siempre más poderoso y grande. Se va poblando de pequeñas casitas de cartón a manera de invasión, se alcanzan las distintas fronteras, banderas y telones en cuyas impresiones se adivinan los extremos opuestos de las cosas del mundo. Caricaturas que en otros tiempos hacían reír, hoy sus montajes devienen en lágrimas, y un segundo tomo enciclopédico del hambre, cuyas páginas son blancos sacos desarmados del Banco de México, en cuyo edificio los sanitarios están recubiertos con un material que asemeja el oro.

A cielo abierto significa que no hay cubierta, que la cárcel es el territorio, que el túnel -inexistente, pero que nos hace arrastrarnos- se recorre día con día en busca de la luz que no es esta que vemos, que tal vez no exista, que de eso se trata la vida misma, un gran teatro abierto, un gran cuaderno de ironías, de sátiras y de cinismo. Un mundo que privilegia la trampa y el dinero a cualquier costo necesita del arte para pausar y reconocerse en ese reflejo oscuro y deformado. Moris nos incita a contemplarnos, descarnados.

 

Fernando Carabajal

VARIATION/ IL Y A DE LA FORCE DANS LA LÉGÈRETÉ. DANIELA LIBERTAD

Quiero un dibujo negro con espacios blancos, que de verlo lo suficiente pueda sentir que miro la noche.

Quiero sentirme en casa.

Un círculo de polvo, que me proteja.

Quiero sentirme en casa.

Cuelgan dos trozos de cadena unidos por un eslabón de papel, hay fuerza en lo liviano.

He bordeado el grosor de una hoja de papel con un trozo de hilo negro, poseo un terreno.

Lo vacío también ocupa espacio.

Blanco, negro, blanco.

Los trabajos de Daniela Libertad tensionan percepciones de lo que es, a la vez, intangible y cotidiano. El uso de diferentes soportes permite a la artista confrontar elementos inmateriales y formas geométricas con objetos comunes y su propio cuerpo, explorando tanto el carácter místico y etéreo de estos componentes, como aspectos concretos como peso, densidad y tacto. En estos ejercicios de tensión, la artista dinamiza la mezcla entre terrenos aparentemente opuestos, entre lo físico y lo mental o lo abstracto y lo figurativo hacia un estado de equilibrio precario entre las partes que, finalmente, nos informa sobre una condición frágil y banal de nuestra percepción sobre la poesía cotidiana.

VARIATION es un proyecto colaborativo de las galerías Sator y NF/ NIEVES FERNÁNDEZ que pretende ampliar la visibilización internacional de los artistas de ambas galerías a través de la presentación de proyectos expositivos individuales en París y en Madrid. Noli me tangere de Clara Sánchez Sala fue la exposición de su primera edición y tuvo lugar en París en octubre 2022. Endless Collapse V de Raphäel Denis fue la segunda, en febrero 2023 en la madrileña Nave N.

Il y a de la force dans la légèreté – Hay fuerza en lo liviano de Daniela Libertad tendrá lugar en el espacio de Le Marais de Sator en París del 15 al 20 de octubre de 2023.

Sábado 15 / INAUGURACIÓN 14H – 18H

Martes 17t/ 12h – 17h

Jueves 19 & Viernes 20 / 12H – 19H

o con cita previa ines@nfgaleria.com

8 passage des Gravillers. 75003 Paris

INTERLUDIO 6: CALCAR DEL MUNDO EL MUNDO, COLECTIVO VIERNES

El Colectivo Viernes es una propuesta colaborativa de los artistas Fernando Carabajal y Moris, cuya plataforma es el espacio literario y cinematográfico donde Robinson Crusoe y Viernes transitan.

Calcar del mundo el mundo es su 4º momento de activación y su primera vez en España. Esta vez se trata de un recuento de lugares y circunstancias reunidos en tres conjuntos exhibidos a lo largo de la galería NF/NIEVES FERNANDEZ. con técnicas muy diversas, Medios como el dibujo, la instalación o el múltiple deconstruyen hacia un nuevo relato las reconocidas novelas y cintas de Defoe, Tournier, Coetzee, Méliès, Buñuel, etc, y abren un paréntesis en el presente mostrando la pertinencia de los personajes en este mundo tan entrelazado de comunicaciones, pero tan náufrago de lazos comunicantes.

La figura de la isla puede mesurarse, reconocerse y recorrerse en cada objeto y sala de la galería, y el público puede manipular esa clase de huellas que poseen peso específico propio y de sustancia única. Quizá, piensa el Colectivo, en este tiempo articular sea una posibilidad más certera y necesaria que la construcción, que comúnmente conlleva inmersa lo que destruye. Calcar del mundo el mundo es ese pequeño gesto, casi fantasmal, casi inaprensible, de repetir el mundo sobre el mundo mismo y observarlo así quizá por primera vez.

 

Fundado por Fernando Carabajal (Chicago, 1973) y Moris (México, 1978), el Colectivo Viernes surge en 2005 para generar un campo de acción desde la plataforma literaria y conceptual de los personajes Robinson Crusoe y Viernes. Destacan sus proyectos  Speranza en 2005, en Guadalajara, México,  reactivado en 2010 en la galería El 52 (OMR), así como Astróforo en 2011 (Ciudad de México) y El Serrote y el árbol (Michael Sturm Galerie, Stuttgart) en 2016. Su obra forma parte de las colecciones de Teófilo Cohen, OMR etc.

MAURO GIACONI. UN POCO CON TUS OJOS

Tararear una melodía, recordar la letra de esa canción, repetir haciendo tamborilear los dedos su ritmo, silbar bajito mientras caminamos o realizamos una tarea monótona… gestos pequeños que hacemos de forma disimulada, intentando no desvelar nuestras intenciones ni pensamientos.

[Mmm mmmm mmmm

Tititi ti tititi tiiit tiit]

Darnos cuenta de que la letra de una canción nos recuerda otro momento, otra acción que tuvo importancia y permanece aletargada en nuestra memoria. Escuchar o leer esa frase o ese título en otro discurso y saber que seguramente compartimos un imaginario común con quien dice o escribe ese verso ahora descontextualizado.

– ¿te acuerdas: “como si fosse solido” na na na na na?

– Ahhh, si! Chico Buarque! “Construção”[1]

– Es una canción que parecía una premonición oscura para toda América.

– Como los cantos de la chilena Violeta Parra [seiscientos gramos un kilo][2], realidad que luego actualizará Víctor Jara [mi canto es de los andamios][3]

Fue la realidad para muchos que tuvieron que dejar sus casas, esconder sus ideales, construir nuevas realidades en otros lugares. Exiliados, que van y vuelven como nos cuenta Benedetti en su novela Andamios.

Disimular que sabes una canción. Cantarla en clandestinidad. Vivir infiltrado para sobrevivir. No ser lo que se parece. Camuflar el alma, pero también camuflar el arma.

Los andamios, esas estructuras provisionales, de apariencia frágil y ligera, pero de anclajes firmes. Su uso se documentó por primera vez mil años a.C. levantados por los ejércitos chinos para poder asaltar las murallas enemigas de manera masiva. Aunque, de alguna forma, debieron existir otros armazones para elevar piedras, levantar muros de grandes edificaciones, aún simbólicas de grandes poderes, como las pirámides.

Pero quien se subía y se sigue subiendo a los andamios es el obrero. Es la mano de obra frágil y ligera. Es el campo también para la lucha anarquista, la construcción que parece destrucción. Emma Goldman, era la enemiga pública número uno de E. Hoover, jefe del FBI. Definió “la palabra como arma”. Defendió que “Una personalidad perfecta, por tanto, sólo es posible en un estado social donde el hombre sea libre para elegir el modo de trabajo, las condiciones de trabajo y la libertad para trabajar. Una sociedad para la cual la fabricación de una mesa, la edificación de una casa o labrar la tierra, sea lo que la pintura para el artista o el descubrimiento para el científico; el resultado de la inspiración, de un intenso anhelo y un profundo interés en el trabajo como una fuerza creativa. Siendo ése el ideal del anarquismo, la organización económica debe consistir en una asociación voluntaria de producción y distribución, gradualmente desarrolladas dentro de un comunismo libertario, el mejor medio de producir con el menor gasto de energía humana. El anarquismo, sin embargo, igualmente reconoce el derecho del individuo, o un grupo de individuos, para fijar en cualquier momento otras formas de trabajo, en armonía con sus gustos y deseos”[4].

Ideales sólidos que en Latinoamérica se disolvían en el aire. Argentina[5] y Uruguay[6] migraban para no ser desparecidos. Y a veces volver, y sentir “que si ustedes son la patria, yo soy extranjero”[7].

Disimular que sabes una canción. Cantarla en clandestinidad. Vivir infiltrado para sobrevivir. No ser lo que se parece. Camuflar el alma, pero también camuflar el arma.

Compartimos ser hijas de esta lucha, ser herederos y al mismo tiempo organismos migrantes en tránsito, disimulados. Crecer rodeados de historias que no se podían contar públicamente, con canciones que se cantaban en voz baja. Crecer tomando conciencia crítica, sabiendo que el gesto es necesario para que pueda existir la posibilidad de vencer. Aunque parezca, como el arte, que tiene un cierto grado de insensatez:

“El futuro llegó hace rato
Todo un palo, ya lo ves
Veámoslo un poco con tus ojos
El futuro ya llegó”[8]

Ahora, en el presente que es el futuro, Giaconi hace solido lo frágil, muestra lo que necesitamos que vean, con los recursos que tenemos a la mano, para hackear el sistema, para transformar los consensos de la percepción, también sobre lo material: andamios hechos de grafito y papel.

No ser lo que se parece. Camuflar el alma, pero también camuflar el arma.

Esta estrategia que ya hizo con bolsas que parecían piedras, con utensilios y vasijas presentados como si fueran restos arqueológicos hechos de pan, con escombros falsos entre los escombros reales de un terremoto, con herramientas de barro… es la de todos los objetos que funcionan como una metáfora oculta, presencia resistente y resiliente en la misma cosa, como células durmientes para una revolución futura. Un arsenal de herramientas poéticas camufladas en el que se toman simbólicamente las herramientas del amo[9].

Dan ganas de dejar de observar la estructura desde fuera. Dan ganas de agarrar el tubo de metal y hacerlo resonar en los andamios y en las escaleras. Dan ganas de, desde ese centro en el que podemos penetrar para perdernos en la lectura, juntar todas las letras de canciones de un imaginario que se cuela entre los dibujos sobre papeles de periódicos libertarios antiguos y pruebas de imprenta.

Como en los cantos de trabajo, alzar la voz colectivamente. Intentar liberar el “intelecto general” como reclama Zizek[10] para solucionar la irresolución comunista y tener todo nuevo por hacer, más allá del capitalismo.

Mauro me cuenta que él también lo ha escrito en sus notas para la exposición: “Canto al unísono que si se canta más fuerte se podría hacer realidad”.

Y así, del susurro callado, un poco con tus ojos, llegar a cantar juntas.

 

Marta Ramos-Yzquierdo

en diálogo con la muestra “Un poco con tus ojos” de Mauro Giaconi, Galería NF/NIEVES FERNÁNDEZ, abril de 2023.

 

[1] Chico Buarque “Construção”, 1971.

Dictadura brasileña 1964-1985

[2] Violeta Parra, “El diablo en el paraíso”, 1965.

[3] Víctor Jara, Manifiesto, 1974. Dictadura chilena 1973-1990.

[4] Goldman, Emma, “Anarquismo. Lo que realmente significa. 1911”, La palabra como arma, Terramar Ediciones, Buenos Aires, 2010. Publicación que recoge los escritos de la autora entre 1906 y 1940.

[5] Dictadura argentina 1971-1986.

[6] Dictadura uruguaya 1973-1985.

[7] Sui Generis, “Botas locas”, 1974, letra de Charly García.

[8] Patricio Rey y sus Redonditos de ricota, “Todo un palo” 1987. Como Spinetta, que ya era referente de lucha durante la dictadura, fueron los grupos de rock argentino fundamentales para la generación que aún eran niños en la guerra de las Malvinas.

[9] Hester, Helen, Xenofeminismo: tecnologias de genero y politicas de reproducción, Caja Negra Editora, Buenos Aires, 2018.

[10] Zizek, Slavoj, La vigencia de El manifiesto comunista, Editorial Anagrama, Barcelona, 2018.

 

TAMARA ARROYO. UN FATAL DESCONTENTO DE LUGAR

Un fatal descontento de lugar es la segunda exposición individual de Tamara Arroyo en NF/NIEVES FERNÁNDEZ. La muestra presenta piezas inéditas pero sustanciales en la trayectoria de la artista, ideas que quedaron en los márgenes de proyectos anteriores y que necesitaban materializarse. Algunas de ellas derivan directamente de otras obras realizadas por encargo en el espacio público.

El título de la exposición toma un concepto que Jane Jacobs describe en su libro “Muerte y vida de las grandes ciudades”, y que en su extraña o incómoda traducción resulta aquí muy apropiado: Un fatal descontento de lugar. Jacobs reflexiona sobre las contradicciones entre las monofuncionales políticas urbanas y los múltiples usos de la ciudad, y defiende un tipo de vida urbana que garantice ciertas capacidades y elecciones.

La práctica de Tamara Arroyo parte de sus propias experiencias como habitante de la ciudad. Lo hace de manera literal y puntual (rescatando elementos encontrados en sus paseos y descontextualizándolos al introducirlos en sus obras), y de manera poética y subjetiva (con alusiones a sus vivencias, su estancia en La Habana, o al paso de la luz a través del mobiliario de su calle, por ejemplo).

Recreando dispositivos de orden y separación, Tamara Arroyo habla de identidad, del individuo, de la libertad. Ahondando en los ornamentos, alicatados, trabajos manuales y rejerías que aún están presentes en barrios populares y en las viviendas sociales de nuestras ciudades, la artista lucha por recobrar la diversidad que el capitalismo borra.

Esta exposición es un campo de juego, una representación de la ciudad a escala. Es un escenario que demanda esfuerzos y adaptaciones a quien lo visita, obligándolo a valorar su propia experiencia en un entorno complejo y dinámico como lo son las ciudades. En última instancia, se trata de un afianzamiento de la identidad personal, de un manifiesto por la diversidad en tiempos de incertidumbre.

VARIATION. ENDLESS COLLAPSE V: RAPHÄEL DENIS

Raphaël Denis (Paris, 1979) graduado en la Escuela Nacional superior de Artes Decorativas de Paris, vive entre Paris y Bruselas. Su obra forma parte de las colecciones de instituciones como el Centro Pompidou, el Museo de Arte e Historia del Judaísmo en Paris, el FRAC de Alsacia, el Museo de arte e historia de Ginebra o el Kunsthaus de Zurich; así como de colecciones privadas como la colección Frédéric de Goldschmidt de Bruselas,  colección Francès y Laurent Dumas – Emerige en Paris o colección Reiner Speck en Düsseldorf.

Artista e investigador, Raphaël Denis plantea cuestiones históricas vinculadas al estatus de la obra de arte. Conocido por su trabajo acerca de la desposesión de la propiedad judía durante la guerra, su obra conmemora la historia del arte y analiza los mecanismos de destrucción y aniquilación a los que los objetos culturales, como expresiones de la identidad humana, pueden ser sometidos. Plásticamente, esta reflexión emerge de su exploración de materiales ampliamente utilizados en la construcción social y urbana como madera, cemento y plomo con diversos amalgamantes negros.

Las piezas presentadas en NAVE N condensan los elementos principales de  “La Loi normale des Erreurs”, serie que el artista desarrolla desde 2015.

Expuesta en el Museo Picasso y en el Museo de Arte Moderno de Paris, en el Museo Berggruen Museum en Berlin, y el Kunsthaus de Zurich, “La Loi normale des erreurs” se centra en piezas de arte saqueadas a coleccionistas judíos durante la Segunda Guerra Mundial, piezas destruidas, y piezas de marchantes judíos y franceses como Paul Rosenberg apropiadas por la administración nazi.

Variation es un proyecto de la Galerie Sator y NF/NIEVES FERNANDEZ que pretende ampliar la visibilización internacional de los artistas de ambas galerías, a traves de la presentación de proyectos expositivos individuales en Paris y Madrid.

Tras Noli me Tangere, de Clara Sánchez Sala (Octubre 2022, Paris) ENDLESS COLLAPSE V de Raphaël Denis es la segunda edición de VARIATION y tendra lugar en Madrid, en NAVE N, el segundo espacio de la galería NF/NIEVES FERNANDEZ desde el martes 21 hasta el sábado 25 de febrero de 2023.

JOSÉ LUIS LANDET: MATERIALISMO DE UN DESCARTE

Materialismo de un descarte
Percepción del universo Landet.
Sección 11: Compostaje.

Se trata de una técnica mediante la cual se crean las condiciones necesarias para que, a partir de residuos orgánicos, los organismos descomponedores fabriquen un abono de elevada calidad.

José Luis vive de los descartes culturales y desarrolló una práctica que es la construcción constante y rítmica de un gran suelo ATLAS que se despliega en múltiples direcciones de forma sostenida.

Admite todo tipo de manifestaciones: Pintura, literatura, cartas, fotografías, enciclopedias, etc. El movimiento que genera en busca de material simbólico es el que mantiene su tierra oxigenada, el soporte sobre el cual el trabaja.

Los descartes son desmesurados de forma diaria y sistemática contribuyendo a la fragmentación y descomposición de la materia simbólica. Este comportamiento favorece la incorporación de nuevos atributos para su propio universo: La liberación de formas originales.

Así es como el suelo de Landet es un gran manto de materia orgánica procurado por el mismo. No es exagerado pensar que esta extensión ocupa toda la capa terrestre, ya que no hay corte en su producción y reproducción. La obra es su materia vital o material viviente. Cada “desecho” que el encuentra se replica en infinidad de formas e infinidad de materias.

Materialismo de un descarte reúne una pequeña parte del Universo Landet. A partir de pinturas de artistas amateurs adquiridas en los mercados de pulgas (años 40 a 70). José Luis realiza un primer gesto que es la fragmentación de estas obras. Una vez segmentadas, agrupa según su antojo: color, forma, firma, textura, temática, etc. Luego las pega o continúa recortando, les prende fuego, las lija, las pinta, las dibuja, las sumerge, etc. Todos estos gestos son hechos en pos de reivindicar a eses autores invisibilizades y arrumbades por la historia hegemónica. José Luís pone luz.

En tanto los bordes de las pinturas: Son las zonas mas perjudicadas por el paso del tiempo, la tela da la vuelta en el bastidor para auto sujetarse y poder exhibirse. Pero terminan marcadas y oxidadas por los clavos. Landet rescata esos escombros y nos arma una nueva narrativa, esos bordes son la materia troncal de Materialismo de un descarte:

Mapas de paisajes pintados y dibujados sobre sí para seguir yendo hacia adentro en busca de materia simbólica. Bucle que se repliega en sí mismo y se vuelve infinito.

Lucila Gradin

INTERLUDIO 5: CUANDO TODO ERA NADA. CALIXTO RAMIREZ

«Desde el primer momento en que tuve la oportunidad de ver trabajar a Calixto Ramírez,  hace ya más de diez años en un viaje-exploración compartido por el norte de España, me impresionó su capacidad para improvisar acciones artísticas. Acciones que aúnan una profunda capacidad poética con sorprendentes toques de humor e ironía. Una sensible comprensión del contexto y de los materiales que le rodean. La mezcla de una privilegiada intuición artística y un extenso conocimiento de la historia del arte.

Nuevos encuentros, Palermo, Roma… Calixto se funde con los lugares que habita, literal y físicamente. También adquiere una posición política con un contexto que le afecta y que es afectado por él. Un eco que tiene la capacidad de retornar con más fuerza, haciendo cabriolas en el viento.

Calixto hace, actúa, y cualquier materia, objeto, o referencia, tiene el potencial para ser transformado en obra. La deriva, el ensamblaje (físico o mental), el equilibrio, la composición… son asimilados y retorcidos estirando las reglas del juego.

Esta exposición nos permite asomarnos a su mundo, a su lenguaje, a través de su cuerpo. Un cuerpo presente, vehículo para la creación de una narrativa cruzada que encierra un gran número de capas que poco a poco van desvelándose a medida que unimos los puntos de una constelación que va formando con su movimiento.»

Nicolás Combarro

Marsella, octubre 2022

Caracterizado por la escasez de gestos y de materiales, el trabajo de Calixto Ramírez es profundamente reflexivo. Marcado por una vida semi nómada, por haber nacido en la frontera de Reynosa con Hidalgo, Texas, y por un lustro viviendo en Italia, Calixto explora el espacio a través de la medida de su cuerpo y del uso de la cámara.

La mayor parte de su obra se desarrolla al aire libre, utilizando espacios públicos y abiertos a modo de gran estudio, y la fotografía y el video para registrar acciones performativas, intervenciones en sitio específico o apuntes fotográficos ligeros, prácticos e inmediatos, cualidades presentes en todo su cuerpo de trabajo. Sus trabajos de estudio resultan de instalaciones, esculturas y pinturas pensadas y trabajadas que se conectan a la obra más etérea.

Centrándose en los espacios que habita, su obra arroja luz sobre problemáticas globales causadas por la acción humana, de modo que, a pesar de su carácter sencillo, o incluso mundano, su trabajo puede ser  interpretado desde un punto de vista poético, político, histórico, lúdico, humorístico o formal. De la misma manera en que no hay una única perspectiva para entender el trabajo de Calixto, el artista no produce exclusivamente desde la lógica del videoarte o la fotografía, sino que asume las del dibujo, la escultura, el performance, o la pintura.

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